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CAPÍTULO 2

TECNOLOGÍA

    Gracias a la tecnología digital que se encuentra detrás de los discos plateados de cinco pulgadas del CD de audio se han hecho posibles hoy interesantes formas de diversión, que puede disfrutar en el confort de su propio hogar Además de la maravillosa y creciente selección de software en CD-ROM, muy pronto podrá usar Vídeo CD en lugar de cintas VHS para ver una película, un vídeo musical, las imágenes más brillantes del ultimo campeonato, o lo que usted desee.

1982, Llega el Compact Disc
    La historia del CD-ROM realmente empieza con la llegada del CD, Compact Disc Digital Audio, que fue contemplado como un impresionante nuevo paso adelante en la tecnología de alta fidelidad, cuando fue introducido en 1982 por la compañía holandesa Phillips y la japonesa Sony. El CD de audio ha necesitado un tiempo para despegar, pero en 1993 la industria fonográfica británica anunciaba que las ventas de álbumes en CD habían alcanzado un nuevo nivel récord en el Reino Unido, batiendo el anterior récord alcanzado por los LP de vinilo en 1978.
    A pesar de lo populares que han llegado a ser los CD de audio, el formato más popular para las ventas musicales sigue siendo la cinta de casette, que todavía conserva un cincuenta por ciento del mercado. Philips desarrolló el casette a finales de los años sesenta, y tuvo una aceptación tan rápida que se convirtió en el estándar mundial. Philips deseaba que el CD de audio tuviera el mismo éxito.

Ventajas Técnicas
    La experiencia que tuvo Philips con el casete le enseñó que el éxito del CD dependía de dos áreas. Debía convencer al público de que el CD tenia indudables ventajas técnicas, a través de espectaculares esfuerzos publicitarios y de relaciones públicas. Y además debía hacer del CD una tecnología abierta, de tal forma que cualquier fabricante de electrónica diera fabricar y construir lectores de CD y cualquier compañía de grabación pudiera prensar y distribuir grabaciones en CD.
    La idea de una tecnología abierta tuvo varios beneficios directos. Evitó la destructiva guerra de formatos que había enfrentado al Betamax de Sony con el VHS de JVC. En su lugar fundió todos los intereses de los implicados y los puso en trance de colaborar, y ayudó, así, al medio a triunfar.
    Los fabricantes de hardware que construyeron lectores de CD pudieron vender grandes cantidades de aparatos, mientras los editores de software, las compañías de grabación, pudieron recortar sus costes. Los precios del petróleo, que no hacían más que subir, incrementaron los costes de producción de los LP de vinilo, con los que el mercado resistía. También las compañías de grabación pudieron cobrar más por los discos CD y pudieron vender copias de grabaciones que el público ya poseía en el caduco soporte de vinilo, en el nuevo formato.
    Fue muy conveniente para todos los implicados, incluyendo Sony y Philips. Incluso a pesar de tratarse de una tecnología abierta, no la echaron por la ventana. Un sistema de derechos de licencia aseguró una recuperación de las enormes cantidades de dinero que había costado el desarrollo del CD y les aseguró que el CD también seria un beneficio en el futuro. La evidencia de este arreglo se encuentra en cada CD. Todos ellos tienen el logo «Compact Disc Digital Audio», en la forma en que están obligados por los acuerdos de licencia.
    Las perspectivas comerciales para el CD eran buenas, pero Philips y Sony todavía tenían que convencer al público que lo que tenía que hacer era cambiarse a la nueva tecnología.

Un nuevo medio milagroso
    Cuando se trató de la aceptación por el gran público, el CD tuvo una ventaja, sencillamente porque parecía una tecnología maravillosa. Esos delgados discos plateados, con su maravilloso arco iris de luz reflejada, parecían pertenecer a la era espacial. También eran pequeños y limpios en comparación con los discos de vinilo grandes, sucios y negros. Otra gran ventaja fue que los reproductores de CD utilizaban láser, que pose-ía unas atractivas connotaciones de ciencia ficción.